Cuando llega el invierno, en la mayoría de ciudades las temperaturas bajan considerablemente y es necesario calentar los hogares de alguna manera. Es entonces cuando surge la duda respecto a cuál de los dos sistemas más conocidos para combatir el frío instalar: aerotermia o caldera de condensación.
Aerotermia
La aerotermia se trata principalmente de un sistema de calefacción. Gracias al agua caliente sanitaria y la refrigeración puede extraerse el calor presente en el aire.
Cómo funciona
A través de un recorrido por el que transita un fluido refrigerante, este sistema es capaz de hacer uso del calor del exterior, bien para calentar la casa o estancia en cuestión, bien para extraer la energía térmica del interior y refrigerarlo. Esto es posible debido al uso de una bomba de calor, la cual sube la temperatura del refrigerante todo lo necesario hasta alcanzar de forma aproximada los grados que deseemos.
Eficiencia y relación con el medio ambiente
Sin duda, el alto rendimiento del sistema por aerotermia es su principal ventaja. Las bombas de calor tienen valores de COP (ratio entre la potencia calorífica y la potencia absorbida útil del equipo) de entre 2 y 6. En otras palabras, por cada 1 kWh que consumen, pueden producir entre 2 y 6 kWh de calor, logrando de este modo rendimientos máximos del 600%.
Datos como estos convierten a la aerotermia en un sistema de lo más eficiente y respetuoso con el medio ambiente, pues el aprovechamiento que hace de la energía es sobresaliente.
Por otra parte, cabe destacar que el consumo 0 que realiza de combustible fósil o materia prima, además de no emitir tampoco ninguna clase de contaminante al exterior, sin no tenemos en cuenta el que produce el recambio de líquido refrigerante pasado un tiempo.
Caldera de condensación
Este sistema se trata de un tipo de caldera a gas que aporta una importante eficiencia energética, ya que aprovecha el calor latente de la combustión que se produce en su interior.
Cómo funciona
El sistema de caldera de condensación se sustenta, como comentamos, en el aprovechamiento del calor que se produce en la combustión.
A través de canalizaciones se infiltra el gas que más tarde será combustionado para liberar calor.
Mediante los gases de combustión, este calor llega a un intercambiador (de calor) por donde circula el agua. Así se logra proveer a los edificios de agua caliente sanitaria.
Con relación a su funcionamiento general, también cabe señalar que existen algunas calderas que utilizan un acumulador, el cual mantiene el calor del agua, u otras que son de uso instantáneo.
Tipos
Aunque existen distintos tipos de clasificación según el criterio al que nos atengamos, ahora vamos a centrarnos en las calderas de acuerdo con su funcionamiento:
- Calderas estancas. Con un rendimiento aproximado del 90%, son las calderas más clásicas.
- Calderas de condensación. Con un 10% o 20% más de rendimiento que la anterior, son las elegidas por muchos y en las que nos estamos centrando.
- Calderas de bajo NOX. El rendimiento de este tipo de calderas, aunque superior al de las estancas, no supera al de las de condensación, siendo esta última la mejor opción de las tres.
Comparativa final: aerotermia o caldera de condensación
En primer lugar, destaca que, mientras en la aerotermia también es posible la refrigeración, en la caldera de condensación esa opción no está disponible. Podría decirse, entonces, que visto así, la primera es más completa. Pero todo dependerá del uso que les quieras dar, siendo el principal de ambas el de dar calor.
En resumen: ¿aerotermia o condensación? Resulta comprometido decidir cuál de las dos opciones es mejor sin tener en cuenta las circunstancias concretas de cada persona o familia. Todo dependerá de factores como el tipo de vivienda o las necesidades particulares de cada uno.
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